viernes, 16 de marzo de 2018

Antonio de Sangenís. Ingeniero militar distinguido en los Sitios de Zaragoza


Comandante del Real Cuerpo de Ingenieros, héroe de la defensa de Zaragoza contra las tropas Napoleónicas durante la Guerra de Independencia.

Trató de convertir a Zaragoza en un lugar de fortificación de campaña. Organizó el sistema de defensa durante los dos Sitios, y el resultado fue que Zaragoza nunca fue conquistada, sino que capituló extenuada por la epidemia y el agotamiento de víveres y municiones.


Antonio de Sangenís y Torres, cuarto hijo de Francisco Sangenís y Pocurull, quien poseía el título de XII barón de Blancafort, y Teresa Torres Castelnou, nació en Albelda (Huesca) el 12 de julio de 1767. Procede de una familia de rancio linaje que nos sitúa en el antiguo Condado del Panadés, según privilegio de la nobleza concedido por Ramón Borrell, Conde de Barcelona. Cuatro de los siete hermanos fueron militares, dos eclesiásticos y uno murió siendo niño. Como ocurría en otras familias de la baja nobleza, el Ejército o la Iglesia fueron las salidas naturales para los hermanos Sangenís.

Baronía de Blancafort
La Baronía de Blancafort (Lérida) existe desde el siglo XV, y su escudo ya es usado por Juan Sangenís y Mur, que vivía en Castello de Fantaña. Pocos años antes de las Cortes de Cádiz y de la supresión de los Señoríos Jurisdiccionales, Don Francisco de Sangenís y Pocurull, Barón de Blancafort, con gran visión de lo que iban a traer los nuevos tiempos, logró que el rey Carlos III suprimiera el Señorío Jurisdiccional y lo hiciera de nobleza. Este Barón de Blancafort era el padre de Antonio de San Genís.
Escudo de la Casa solar en Estadilla
Antonio obtuvo el grado de subteniente de infantería en 1774 por concesión de Carlos III, cuando aún era menor de edad, por privilegio de ser hijo de noble. Fue teniente del regimiento del Príncipe, desde donde pasó al cuerpo de Ingenieros. Tras su preparación en la Academia de Barcelona (1782-1783), y en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid (1787-1789), el 12 de noviembre de 1790, accedió a un puesto en el despacho de ayudante de ingenieros.

La edad de admisión de cadetes en los Reales Ejércitos era de 16 años para los miembros de la nobleza y de 12 para los hijos de los oficiales, pero el monarca tenía el privilegio de nombrar cadetes a los hijos de la nobleza como recompensa y gracia especial hacia un noble por los servicios que éste le hubiera prestado. 

Durante 1792 y 1793 se encargó de la reparación de los fuertes y artillería situados en la costa cantábrica. Al año siguiente obtuvo el ascenso a ingeniero extraordinario y concurrió como capitán a los combates contra la República francesa.

En octubre de 1804 fue destinado a la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, en la que impartió clases de construcción de fortificaciones. Durante su dedicación a la docencia, escribió algunos textos teóricos como el Tratado de Artillería de Tomás de Morla, un Tratado de fortificación de campaña (inédito), además de algunas memorias profesionales.


La marcha de los Zapadores, de Augusto Ferrer-Dalmau
En abril de 1805 obtuvo el ascenso a sargento mayor de brigada, grado que le correspondía por antigüedad. Ante los sucesos del Dos de Mayo, Sangerís salió, junto a un grupo de compañeros, en auxilio de Zaragoza, donde organizó y encabezó el batallón de Zapadores

Formó parte de la Junta de Defensa y de la de Fortificación. Finalmente, tuvo que tomar el mando de la batería de Santa Engracia al morir Antonio Quadros el 4 de agosto de 1808. Después del primer sitio, por su labor en la defensa de la ciudad, obtuvo el ascenso a coronel el 1 de agosto de 1808 y recibió el escudo de defensor de la patria. Continuó trabajando en Zaragoza, durante los Sitios, donde estuvo a las órdenes de Palafox, y dirigió la construcción de las nuevas fortificaciones para la defensa. 


Murió en la batería alta de Palafox o del Molino de aceite, en el Segundo Sitio, el 12 de enero de 1809, al ser alcanzado por una bala.

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